Hay que admitir que venir a la sesión de fotos de comunión no es la mayor ilusión de algunos peques… empiezan tímidos ante la cámara regalándonos miradas intensas y profundas pero ¿sabéis qué? siempre acaban soltándose y encontrando el lado divertido.
Alejandro acabó con una sonrisa de oreja a oreja y nosotros felices de conseguir un recuerdo así de especial junto a sus papis. Seguro que cuando se mayor lo agradece 🙂